¿Cuál fue el pecado que cometiste?, ¿acaso el amor es un
maleficio que debes cargar?
Yo me hice sombra, abandone mi luz para que tu vida fuera
plena, sin ataduras, sin esconderse, sin escatimar en manifestaciones de
afectos, ni pública, ni privadas.
Soy sombra no porque quiera, sino porque es necesario para
tu vida, para tu amor, para tu comodidad y tranquilidad.
No te he juzgado yo, ¿quién te condeno a la miseria? Por qué
no pensar que si me volví sombra, es para meditar más de una vez que palabras
deben salir de mi boca, que nunca he querido ser hiriente y siempre he procurado
no serlo.
Por qué no pensar sobre mi condición de sombra, como un
sacrificio el cual hago en razón a la amistad. ¿Es más fácil darla por
perdida?, ¿es menos significativa que las demás?
Es tiempo lo que yo quería, es tiempo lo que necesitaba. ¿Por
qué insultar al tiempo?, ¿por qué busca insultarme?, si me hubiese ido y
abdicado a una amistad forjada, no cree usted que no hubiese dejado rastro, qué
hubiese alejado por completo el círculo de personas que la rodea. Sé muy bien
que no aleje a todos, y sabía que tarde o temprano lo que pasó pasaría.
Nunca he cortado con nadie los medios de comunicación,
siempre me han podido ubicar. Sabes muy bien quienes me buscaron, sabes muy
bien que me pudiste encontrar.
No es que tú pienses en ti, aquello está perfecto. Más bien
no sabes lo que pienso yo, y por tus palabras creo poco ha importado.
No es rabia hacia ti la que tengo en mi corazón, es hacia
mí.